Crear el hábito de hacer ejercicio

“Siembra un pensamiento, cosecha una acción; siembra una acción, cosecha un hábito. Siembra un hábito, cosecha un carácter; siembra un carácter, cosecha un destino”; dijo Stephen R. Covey, licenciado en administración de empresas, conferencista y autor de uno de los Best Sellers más citados respecto al desarrollo humano; una frase muy acertada cuando se trata de generar acciones y aptitudes que nos ayudarán a mejorar nuestra calidad de vida; y es que es el trabajo constante el que realmente traerá los resultados que buscamos.

Desarrollar un hábito no es sencillo, sobre todo cuando se trata de realizar esfuerzos físicos para mejorar nuestra condición, sin embargo, hay ciertos aspectos esenciales que pueden ayudarnos a crear buenos hábitos, especialmente para cumplir aquellas metas como, ir al Gym, ser parte de un equipo de futbol o bien, desarrollar alguna actividad deportiva que mejore nuestra calidad de vida; por ello, presentamos seis pasos que nos ayudaran a crear el hábito de hacer ejercicio:

1. Elegir una actividad que te guste hacer

Todos tenemos un gusto por realizar algún movimiento físico, ya sea, caminar, correr, hacer estiramientos, bailar, o por lo menos, sacar a nuestros perritos a dar un paseo, por esto es importante identificar y elegir alguna de estas actividades que nos haga sentir la energía que viaja por nuestro cuerpo.

2. Comenzar con ejercicios sencillos

Los hábitos comienzan por pequeñas acciones que repetimos todos los días; quizás todos tenemos la idea que el trabajo duro y pesado realmente es el que da los resultados, sin embargo, cuando realizamos ejercicios sencillos con repeticiones cortas, pero somos constantes (por lo menos 15 o 20 minutos al día), ya estamos educando y acostumbrando a nuestro cerebro a realizar dicha actividad, así es que, por lo menos comencemos por realizar caminatas de 15 o 20 minutos al día.

3. Fijar pequeños objetivos con horarios

Una vez que ya identificamos que podemos ser constantes, ahora sí, comencemos por pequeños objetivos, con pequeños horarios fijos, como:

– Aumentar el tiempo de los ejercicios

– Aumentar las repeticiones

– Subir la dificultad en el ejercicio

– Agregar nuevos ejercicios

De esta forma, ya estamos asignando una actividad y un horario regular a nuestras vidas, es decir, estamos desarrollando la disciplina.

4. Monitorear los avances

Llevar un control sobre nuestros avances permite enfocar nuestros esfuerzos en puntos específicos e identificar nuevas oportunidades para mejorar nuestros ejercicios, comenzar a trabajar otros músculos, o bien, para medir que tan cerca estamos de lograr los resultados deseados, por lo tanto, es importante prestar atención a lo que estamos haciendo, a la disciplina que ya hemos desarrollado.

5. Reforzar la voluntad

Habrán ocasiones en las que no estemos con energía o no estemos motivados para realizar nuestras actividades, es importante observar nuestro estado inicial, identificar el porqué, pero sobre todo, respirar, relajarse y buscar pequeñas acciones adicionales que puedan devolvernos ese ímpetu que necesitamos para realizar nuestra rutina de ejercicio; quizás escuchar música, leer una frase motivacional, mirar un video o una charla breve con alguien cercano, puedan ser pequeños impulsos de motivación.


“Siembra un pensamiento, cosecha una acción; siembra una acción, cosecha un hábito. Siembra un hábito, cosecha un carácter; siembra un carácter, cosecha un destino”; dijo Stephen R. Covey, licenciado en administración de empresas, conferencista y autor de uno de los Best Sellers más citados respecto al desarrollo humano; una frase muy acertada cuando se trata de generar acciones y aptitudes que nos ayudarán a mejorar nuestra calidad de vida; y es que es el trabajo constante el que realmente traerá los resultados que buscamos.

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