El estrés crónico puede alterar nuestras rutinas como el sueño, el trabajo, las relaciones y hasta la alimentación. Al desequilibrar los hábitos y vida diaria, hace que comer por ejemplo se transforme en un escape emocional. ¿Qué se puede hacer ante esto?
Aunque ya se han hecho diversos estudios al respecto y que han aportado información valiosa sobre el estrés, se sabe que puede incidir en aspectos emocionales y también su impacto logra causar alteraciones en el organismo y el sobrepeso es uno de ellos.
El estrés es una reacción natural del cuerpo que sucede como una forma de adaptabilidad o mecanismo de defensa ante los cambios, las exigencias de la vida y el entorno. En parte es “bueno” cuando sirve de alerta ante situaciones inesperadas, y que bajo cierta presión “podríamos controlarlo” y llevarnos actuar de manera positiva.
Sin embargo, muchas personas no le dan importancia al presentar altos niveles de estrés. Dependiendo de las condiciones y situaciones, el estrés puede hacer que perdamos o ganemos apetito. De allí que podamos engordar y generar una mayor frustración emocional, incluso ante otras cosas que nos suceden.
Estas alteraciones o cambios que nos produce y hasta nos afecta en nuestro estilo de vida, pueden encerrarnos en un círculo vicioso. Pero antes de profundizar por qué el estrés incrementa el peso, conozcamos qué es.
Se habla de estrés como una reacción adaptativa y fisiológica de las personas para enfrentar situaciones que le suceden en el entorno, y que suelen ser valoradas como amenazas o críticas. Por otra parte, esta “reacción natural” es una respuesta a las demandas diarias que generan distintos estímulos de manera emocional o física.
Ahora bien, como ya se ha dicho puede ser manejable y controlable dependiendo de la exigencia o peligro de la situación. No obstante, cuando la reacción nos causa gran impacto genera niveles elevados de estrés, ocasionando grandes malestares. Por ejemplo, en algunos supone problemas de salud mental.
Existen variados trastornos asociados al estrés agudo y/o crónico. Puede incrementar o detonar otras patologías físicas y especialmente emocionales que afectarán de manera contundente la vida de la persona. Pero ¿por qué el estrés puede hacer que se aumente de peso?
Los tipos de estrés según algunas investigaciones han mostrado que el estrés de corta duración está asociado al adelgazamiento. En personas con estrés crónico o agudo puede afectarlo de manera prolongada aumentando su peso.
Si bien en ocasiones el estrés puede ser considerado “una tensión normal” no es sano estar constantemente estresado. En parte se debe a que se ha comprobado la relación del estrés y el riesgo de desarrollar problemas cardíacos, llevándonos a decir, que ya no solo podría afectarnos emocionalmente sino física también.
Ya se ha comprobado que el estrés te hace engordar por medio de la liberación de algunas hormonas y cambios metabólicos. Incluso, se puede presentar el caso contrario y en vez de ganar peso se pierde, porque se inhibe el apetito.
Para algunas personas que además de tener cierta predisposición genética, aumentan de peso por consecuencia del estrés. El cortisol es esencial para la supervivencia, el gran problema es cuando se eleva más allá de lo necesario.
Al hablar de la hormona cortisol, su secreción se genera en respuesta a la tensión en la que se somete a alguien. Esto provoca que aumente la grasa abdominal cuando dicha secreción se encuentra en exceso.
La grasa también puede liberar el cortisol. Si el estrés lleva al aumento de peso al liberarse esta hormona, puede pasar lo contrario. Si se tiene grasa corporal esta puede generar el cortisol por sí sola y liberarla. Lo que crea un ciclo de estrés crónico.
Y el estrés crónico o agudo termina afectando otros comportamientos que alteran el estilo de vida y que lleva a conducir un incremento del peso por consecuencia de: mala calidad del sueño, inactividad o sedentarismo y aumento en las ganas de comer.
Esto último afecta a las personas que no solo comen en exceso, sino que ingieren alimentos pocos saludables y con elevado contenido de azúcar y grasas. Al tener niveles altos de cortisol, esta lleva a consumir alimentos de muchas calorías derivando así a un aumento de peso no deseado.
Hoy muchas personas están viviendo un alto estrés a consecuencia de su estilo de vida. Factores como el estrés psicológico incrementa problemas de depresión, afectando el estado de ánimo, que termina por influir en la pérdida o aumento de peso. De igual manera, existen comportamientos pocos saludables que son ocasionados y asociados por estrés como son:
Comer compulsivamente a causa de trastornos emocionales, saltarse las comidas o ingerirlas de manera rápida por falta de tiempo, dormir menos, evitar hacer ejercicios. Cada una de estas acciones produce alivio temporal a los episodios de tensión.
Además en los casos de insomnio, se encuentran estrechamente relacionados al metabolismo lento. Al descansar menos y disminuir la calidad de los alimentos el organismo se resiente influyendo de manera significativa al aumento de peso.
Existen formas de evitar las tensiones, lograr minimizar y controlar los malestares que se presentan. Algunas de las recomendaciones es hacer actividades que relajen como meditar, ejecutar ejercicios de respiración, realizar actividad física de manera regular y mantener una dieta equilibrada y nutritiva.
Otro punto es que se debe disminuir cosas pendientes en tu día a día. Pide ayuda si te ves muy atareada a familiares, amigos, compañeros de trabajo o de acuerdo con las tareas que estés haciendo.
Busca tiempo para efectuar actividades recreativas o dedicadas a ti, que te gusten, como elaborar manualidades. Puedes hacerte masajes relajantes o cualquier otra cosa que te ayude a alejarte de la tensión, preocupaciones o situaciones que estés viviendo.
El estrés puede hacernos engordar y esto se debe a múltiples factores que van desde la genética hasta cualquier clase de ansiedad o tensión que haya sido diagnosticado. Ahora bien, si es fundamental que sea controlado para evitar riesgos a la salud física y mental.
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